lunes, 26 de noviembre de 2007

dispositivos magneticos

Dispositivos magnéticos

Antes y durante la Segunda Guerra Mundial, comenzó una ráfaga de desarrollo para mejorar la computación. Se emplearon métodos como circuitos eléctricos, relés, condensadores o tubos de vacío. En 1936, Konrad Zuse ideó la serie Z, calculadoras que ofrecían memoria (inicialmente limitada) y programabilidad. Las computadoras que se construyeron en esta época eran inmensamente grandes, con miles de circuitos, cintas magnéticas y piezas de precisión. Sin embargo la serie de Zuse tenían algunos problemas de precisión, por lo que nunca trabajaron realmente fiables. En 1937, Claude Shannon implementó por primera vez el Álgebra de Boole usando relés electrónicos e interruptores por primera vez en la historia.

Durante esta época, se evolucionó un poco en los sistemas de almacenamiento. Se diseñaron cintas magnéticas perforadas. Venían a ser lo mismo que las tarjetas perforadas, pero mejoradas. La máquina que lee la cinta magnética la reconoce por medio del magnetismo, como su nombre indica. Si encuentra una perforación no hay magnetismo, por lo que hay diferencias entre perforación o no. Era un sistema más fiable y cómodo. Las cintas magnéticas han sido muy importantes a lo largo de la historia, ya sea para almacenar datos informáticos en computadoras antiguas o en sistema de sonido, como los casetes, o incluso las cintas de vídeo. También son especialmente importantes en las tarjetas de crédito y similares, pues en una simple barra magnética incluida en la tarjeta, se almacenan todos los datos necesarios para ser procesados por el cajero o cualquier otro computador especializado para este fin.

En 1956, IBM vendió su primer sistema de disco magnético, RAMAC (Random Access Method of Accounting and Control). Usó 50 discos de metal de 24 pulgadas con 100 pistas por lado. Podía guardar 5 megabytes de datos y con un costo de 10.000 dólares por mb.

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